En octubre de 1917 se produjo el primer triunfo de un gobierno obrero
y campesino revolucionario en Rusia. Desde los Soviets y el partido
bolchevique se tomó de inmediato la tarea de formar una nueva
internacional.
El Congreso fundacional se reunión en Moscú en marzo de
1919. Poco antes, en enero, habían sido asesinados en Berlín Rosa
Luxemburgo y Carlos Liebknecht, en manos de la policía socialdemócrata
de la Segunda Internacional. En las trincheras de la guerra civil en Rusia, el Ejército
Rojo enfrentaba a los grupos socialdemócratas mencheviques, sumados a la
contrarrevolución. La división del movimiento obrero entre los agentes
de la burguesía, los reformistas de la Segunda Internacional, y los
revolucionarios que luchaban en defensa de los obreros, los campesinos y
los oprimidos en todo el mundo, se expresaba a sangre y fuego.
En abril de 1919, Lenin escribía: “La Primera
Internacional (1864-1872) echó los cimientos de la organización
internacional de los obreros para la preparación de su ofensiva
revolucionaria contra el capital. La Segunda Internacional (1889-1914)
ha sido una organización internacional del movimiento proletario, cuyo
crecimiento se realizaba en amplitud, cosa que no pudo menos que
originar un descenso temporal del nivel revolucionario y un
robustecimiento temporal del oportunismo, que, en fin de cuentas, llevó a
dicha Internacional a una bancarrota ignominiosa.
“De hecho, la Tercera Internacional se fundó en 1918,
cuando el largo proceso de la lucha contra el oportunismo y el
socialchovinismo, sobre todo durante la guerra, condujo a la formación
de partidos comunistas en una serie de naciones. Oficialmente, la
Tercera Internacional se ha fundado en su primer Congreso, celebrado en
marzo de 1919 en Moscú. El rasgo más característico de esta
Internacional, su misión, es cumplir, poner en práctica los preceptos
del marxismo y hacer realidad los ideales seculares del socialismo y del
movimiento obrero.”
Las enseñanzas de los cuatro primeros Congresos de la
Tercera, hasta que en 1924 se impuso la burocracia de Stalin, siguen
siendo una referencia imprescindible para la lucha por el triunfo del
socialismo con democracia obrera en todo el mundo.
Está bien, un poco larga la entrada, creo.
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